El picoteo tiene muuuuchas variedades, según el momento del día, la temporada, su función, el gusto de los invitados, etc. Hay situaciones en que el picoteo no tiene el protagonismo sino que es un mero complemento de otra actividad, la "comida" que debe acompañar a cualquier reunión que se precie.
Y este fue el caso del pasado viernes: tenía que ofrecer algo de comer a mis invitados (foto), aunque ese no fuera el motivo por el que habían venido a casa (timba de póker), y como siempre quería que fuese algo tradicional, que le pudiese gustar a todo el mundo y que al mismo tiempo fuera discreto, pero sin renunciar a un toque de originalidad.
Mi elección: croquetas, tortilla de patata, paninis (congelados de Eismann), pan tumaca con jamón, salchichón, calabacín con queso* y de postre-recena mi bizcocho de zanahoria.
Una de las particularidades de este picoteo era que hice croquetas de dos tipos: 1. de jamón y 2. de setas (todo un éxito por su sabor), ambos ingredientes mezclados con la bechamel en diferentes tandas. La pega fue que las setas las trituré con la batidora junto con la bechamel y la mezcla perdió cuerpo, por lo que fue muy difícil darles forma y quedaron tan blanditas que se rompieron al freírlas. Aunque he de decir que las de jamón estaban más compactas y también corrieron peligro en la sartén... ¿a lo mejor es que pongo el fuego muy fuerte?
La otra nota destacable del menú fue que la tortilla de patata me salió como hacía mucho tiempo que no me salía! en su punto justo de textura, de sal, y tan bonita.... que no pude evitar hacerle una sesión fotográfica:
*Basado en Rollitos de jamón/queso y calabacín (CF nº 130, pags. 52-59) y Rollitos de queso y calabacín (100 recetas nº 124, pag. 7)