lunes, 28 de septiembre de 2009

La huerta: ¡hasta el año que viene!

Realmente esta despedida ha sido ya hace unas semanas, pero hoy la repito aquí formalmente con estas fotografías todavía veraniegas.

A los puerros ya los conocéis de un post anterior, pero os presento a esta bonita calabaza manchega y estos hermosos tomates gallegos.

La primera nos la dio mi suegro, que según nos contó procedía de una cosecha no apta para el comercio, y por eso el agricultor las regalaba a todo el que quisiera darles otra oportunidad. Nosotros se la dimos, pero el resultado fue bastante mediocre, aunque creo que tuvo más culpa nuestro esceticismo que su calidad real. El caso es que sólo hice unos bastoncitos fritos (rebozados con harina, ajo y perejil), y aunque estaban muy ricos tiramos el resto de la calabaza.

En cuanto a los tomates, una auténtica delicia. Eran del pueblo de la madre de Sonia, y ella y Enrique nos los regalaron un día que vinieron a casa. Qué sabor tan intento, qué jugosos, los mejores tomates que he comido este verano, si hasta me bebía el jugo de las ensaladas...!

De eso sabe mucho mi suegra, que este año ha tenido litros y litros de zumo de tomate de su huerta, y eso sin triturarlos, sólo con dejarlos escurrir después de troceados. Y con los trozos hizo pollo con tomate, conejo con tomate, magro con tomate (de los que hemos dado buena cuenta), pimientos con tomate, tomate frito, pisto... ja ja ja, ¡lo que cunden los productos de una huerta!

Por último, un homenaje a las hierbas aromáticas que también han crecido este verano en L.A. y que aún siguen en mi cocina, ¡por fin he encontrado un sitio donde sobreviven!. Aunque ahora la hierbabuena está pachucha, confío en que saldrá adelante.

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