lunes, 3 de agosto de 2009

Oye, mi cuerpo pide salsa

Siempre he sido partidaria de las técnicas de cocina sencillas y saludables, en parte porque creo que debemos cuidar nuestra salud a través de la alimentación, pero sinceramente, sobre todo por mi eterna lucha contra el michelín. Conociendo mi pasión por la cocina, y la todavía más fuerte por la comida, puede parecer que me paso el día entre cacerolas y cucharas de madera, haciendo sofritos por un lado y tartas por otro. Pero lo cierto es que aprox. el 75% de las comidas que hacemos en casa son carnes magras o pescados a la plancha, verduras cocidas o ensaladas ligeras. Así, sin más.

Pero ahora pienso que estaba confundida, que a lo mejor he sido demasiado estricta en estas consideraciones, y que la alimentación sana y ligera no significa tener que comerse una pechuga de pollo a la plancha aunque esté más tiesa y más seca que la suela de un zapato, que se hace bola vaya... Y para llegar a esta conclusión no hay nada como cumplir años, aprender con la experiencia que la preocupación por tu aspecto físico no debe llegar nunca a impedirte disfrutar de la comida, o de lo que sea que te guste.

Aceptar, disfrutar y valorar tu cuerpo es necesario para sentirte bien: escucha tu cuerpo para saber cómo te sientes y qué necesitas. Siguiendo esta recomendación de la Guía de salud Nº XV: Mujer y salud mental publicada por el Instituto de la Mujer, me he dado cuenta de que mi cuerpo pide salsa. Esto no quiere decir que vaya a embadurnar mis platos de mayonesa Kraft o de tomate frito Apis -aunque de vez cuando tampoco viene mal, verdad niño?- sino que voy a profundizar en la elaboración y uso de salsas que me permitan cuidarme sin renunciar al placer de una buena comida. Ya tengo bastante material para empezar:

De Consumer Eroski he seleccionado 2 artículos estupendos que reúnen un montón de salsas saludables:

> Salsas ligeras para ensaladas: Los aliños ligeros permiten alegrar las ensaladas y seguir una dieta más variada y apetecible

> Salsas bajas en grasa y en calorías: Útiles para quienes siguen dietas de adelgazamiento o requieren de una dieta con bajo contenido graso.

En el apartado "Trucos de cocina" del nº141 de CF he encontrado varias propuestas de salsas frías para carnes, y otras dos aternativas muy apetecibles para pescado en "Cocina Ligera". Hoy ya he probado una de ellas que me ha encantado, la salsa bearnesa, acompañando a unas rodajas de rosada a la plancha y un poco de coliflor hervida.

Quiero añadir que al igual que ésta última, un gran número de estas salsas están hechas a base de yogurt, con el que he estado experimentando mucho en los últimos meses, aderezado con mostaza, limón, ajo, pepino, menta, perejil, aceite, estragón, sal y pimienta, etc.

¡Bienvenidas sean las salsas a mi cocina!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ole, ole y ole