jueves, 6 de mayo de 2010

Calcio, calcio y calcio

El tema me trae de cabeza desde que supe que estaba embarazada, y más aún cuando poco después desarrollé un repentino rechazo a la leche que me obliga constantemente a buscar otras alternativas para cubrir mis necesidades de calcio. ¡La imaginación al poder! y el queso y el yogurt hacen el resto.

Es cierto que en esto la yogurtera me ha ayudado muchísimo porque así no me da ninguna pereza comer yogures, ¡están tan ricos! Los hago con leche enriquecida en Ca y además les añado un extra de leche en polvo, que también intento disimular en mis guisos siempre que puedo y me acuerdo...

Luego está el queso fresco, que lo he descubierto de cabra y me encanta con membrillo, el tradicional queso de untar, las cuñas de queso tierno light de El Ventero o Entrepinares, y los eternos quesitos. Las posibilidades son inmensas, y mis esfuerzos por introducirlos en la cocina (no sólo entrehoras) también.

Allá van unos cuantos ejemplos de esta última semana. Say cheese!

+ Quesada (La Cocinera): este pastel lo hice por tres motivos: porque quería gastar algo de queso fresco que se iba a estropear, porque hacía mucho que no usaba el robot, y porque sobre todo ahora que como en casa me apetece comer postre, y también variar los desayunos... Y me gustó mucho, estaba realmente rica y los ingredientes y elaboración muy sencillos. Merece la pena repetir.

+ Pollo con salsa de queso (CM nº 173): una receta de lo más tonto pero que ha sido todo un hallazgo. Bates unos quesitos con sofrito de cebolla y ya tienes una salsa de queso para bañar unos filetes de pollo a la plancha. Si además añades al conjunto unos champiñones salteados, el plato es espectacular! Sencillo, ligero y riquísimo.

+ Tarta de queso, one more time: he hablado de ella hace muy poquito pero contraataco. Como con la quesada, otra vez quería deshacerme de una tarrina de queso de untar de Mercadona (marca Viking, que no me gusta) y tener un dulce en la nevera. Volví a recurrir a las recetas de siempre (CF nº 142 y 144, etc) pero esta vez llegué a otras conclusiones.

Hay dos formas de cuajar esta tarta: 1) en caliente, con huevo entre los ingredientes y al horno, 2) en frío, sustituyendo el huevo por gelatina y metiendo en la nevera. Las últimas veces la he hecho en frío, así que próximamente tengo que hacerla al horno para comparar, y en esto que me he acordado de la receta que me dio Sonia... ¡ya tengo escusa para repetir!

Hasta la próxima.

Nota 10-10-2010: indico enlace de Consumer sobre "Variedades de tartas de queso", un resumen excelente sobre las distintas formas y claves para elaborarlas, en frío o caliente, dulces o saladas.

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