lunes, 3 de mayo de 2010

Menú 1er Día de la Madre

En realidad se trató de un menú para MI madre, que junto con mi hermano y el López vino a celebrar este día a mi casa. Pero será el próximo año cuando yo espero disfrutar por primera vez y de verdad de ese homenaje tan bonito. Mientras tanto y siempre: ¡Felicidades Mamá!

La comida no pretendía ser sofisticada sino algo casero y familiar: Albóndigas. Y el acompañamiento también, unas patatitas fritas cortadas en dados y un montoncito de arroz blanco.

Poco más puedo decir, salvo que puse especial cuidado en la salsa porque hacía tiempo que le había perdido "el punto". Así que leí de aquí y de allá, y utilicé la proporción de 1/2 l. de agua, 1 copa de vino/brandy, 1 cebolla y 1/2 vaso de tomate triturado (para 1/2 kg de carne). Coció 15 minutos y la pasé por el chino.

Todavía cometí un error, y es que no es suficiente cocer las albóndigas en ella para que espese inmediatamente. Sin embargo por la noche sí estaba espesita como yo la quería. Así que para otras ocasiones tengo dos opciones: espesarla en su elaboración con un poco de harina tostada, o bien preparar la receta con antelación.

Siempre que pueda me decantaré por éste último procedimiento, al que mi libro de cocina se refiere así: Cuando dejamos reposar el alimento en su salsa una vez cocido, éste mejora porque se asienta, distiende y absorve sustancias y aromas de la salsa. De ahí el dicho popular de que ciertos guisos es mejor comerlos de un día para otro.

En el postre sí quería innovar pero también con algo sencillito, y aproveché que es temporada de fresón para hacer una de las múltiples recetas que en estos meses proponen las revistas de cocina: Copa de yogurt y fresones (CM nº 173). Mi toque personal fue añadir al puré de fruta unos frutos rojos de los que suelo tener en el congelador, y la curiosidad es que por fin utilicé las fresas que había congelado yo misma. El yogurt casero, por supuesto.

Y hasta aquí mi menú dominguero.

Nota: ¡no pensarse que el plato de albóndigas de la foto fue lo que serví en la comida! son las dos pelotillas que sobraron y que mi Anónimo se comió en la cena (le encantan)

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